Carroza funeraria de Villa Alegre. La han usado todos lo smuertos del pueblo por generaciones. |
Don Rafael Ruiz, cura párroco de
Villa Alegre, fue quien bendijo mi matrimonio y bautizó a varios de mis
hijos. La parroquia estaba en bastante
decadencia espiritual luego de la atención del cura que organizó el CongresoEucarístico y que no se caracterizaba por ser demasiado apegado a las normas de
su misión.
Contaba el señor Ruiz que, recién
ordenado, había sido destinado a una antigua parroquia de campo situada en la
Ruta de los Jesuitas donde se mantenían diversas tradiciones religiosas ya obsoletas.
Cierto día los deudos llegaron a
contratar el funeral de un principal del pueblo y le pidieron encarecidamente
que debía ser 'con encuentre y con endilgue’.
Confundido, seguramente que buscó en sus
libros que ceremonia podría ser aquella y no encontró dato alguno, entonces
humildemente decidió pedirle informes al sacristán que al parecer veía con
bastante superioridad a este curita recién emplumado y contestó ‘¿cómo no va a
saber su mercé lo que’s encuentre y endilgue?
Usté tiene que salir con los paramentos a encontrar al muerto y luego de
la misa endilgarlo hasta que llegue al cementerio.
Entre las obras del señor Ruiz se recuerda que levantó el
nivel de piedad de sus feligreses; logró formar un hermoso coro de niñas, entre
las que destacaba especialmente una chica que, pese a que nació antes de tiempo, hoy tal vez podría ser tan buena o mejor que Verónica Villarroel, cantante lírica chilena.